La Randa para mí es una TERAPIA más allá de que es una salida laboral para satisfacer algunas necesidades. Antes de mis 7 años aprendí a tejerlas para poder comprarme ropa porque a mis padres no les alcanzaba, y a los 8 años vendí en el mercado artesanal. Fue así que le tomé más amor. Hoy me sirve para solventar el boleto de mi hijo para que concurra a estudiar además de servirme como terapia porque tejiendo randas me olvido de los problemas.
María Laura González