El día de ayer despedimos a un gran artesano. Se nos fue don Simón Costilla. Decimos “se nos fue” porque así lo sentimos, que era nuestro, porque sus manos sabían de trabajo y memoria.
Maestro artesano alfarero que supo crear y transmitir. Acogió con orgullo la herencia de su madre, de quien aprendió a trabajar el barro, a levantar y cocer las piezas, y así pudo cobijar el legado del pueblo Diaguita. Pero también creó en diálogo con su tiempo, desde el proceso identitario y organizativo de su Comunidad India Quilmes, en la que tuvo un rol protagónico desde su conformación. Tuvimos la enorme satisfacción de compartir con él grandes charlas, visitarlo y que nos reciba en su casa, conocer en profundidad su trabajo. Fue uno de los expositores de la muestra “El Tiempo del Barro” llevada a cabo el año pasado. En su obra palpita la lucha por la tierra. Generoso para enseñar. Humilde para vivir. Orgulloso de sus raíces. Sus piezas aún se encuentran en el Espacio Artesanal Tucumán, dónde las atesoraremos y lo recordaremos como el gran maestro que fue. Lo vamos a extrañar.
¡Hasta siempre Don Simón!