En el marco de la 5° edición de la Semana de las Artes Visuales 2024, organizado por el Ente Cultural de Tucumán para reunir a ciudadanos y artistas en una serie de actividades culturales que van desde exposiciones hasta espacios de reflexión; el 30 de noviembre se realizará la inauguración del 51° Salón Nacional de Tucumán.
Esta 51° edición contará con un jurado conformado por destacados artistas y especialistas: Marisa Rossini, Luis María Rojas y Jorge Gutiérrez.
A continuación, compartimos algunas de sus opiniones y visiones sobre el arte en la actualidad y su rol como jurados en este evento de relevancia nacional.
Marisa Rossini: Una mirada plural y reflexiva
Marisa Rossini, una de las artistas más destacadas de Tucumán, es Licenciada en Artes Plásticas (FAUNT) y Profesora en Artes Plásticas (FAUNT). Estudió Grabado en la Academie Royale des Beaux-Arts de Bruselas, se especializó en Arte Contemporáneo de la Universidad de Cuyo; y actualmente cursa la Maestría en Museología de la UNT.
Con una obra que ha sido expuesta en diversos países, entre ellos Bélgica, Francia, México, Japón y Estados Unidos, la artista cuenta con una vasta experiencia que abarca desde la producción artística hasta la investigación y la gestión cultural. «Mi trayectoria ha sido diversa, ya que participo en diferentes campos del arte. Me moviliza la producción artística, pero también la investigación, la docencia y la gestión», afirmó.
A lo largo de su carrera, fundó proyectos importantes como el Club del Grabado en Tucumán, un espacio que además de fomentar la producción artística, alberga una biblioteca especializada en la materia. Su labor como jurado en diversos salones nacionales y concursos de creación artística demuestra su participación activa en la valoración y selección del arte contemporáneo.
La visión del arte en tiempos actuales
Para Rossini, el arte en la actualidad se encuentra profundamente conectado con los temas que afectan a la sociedad. «Los artistas hoy en día están cada vez más preocupados por cuestiones que son propias de la población en general, por lo que no pueden escapar de ellas», explica. En su opinión, la pandemia también jugó un papel clave, ya que generó un debate sobre los derechos laborales de los artistas, lo que dio lugar a una mayor organización y formalización del sector.
Una de las transformaciones más significativas que observa es el cambio en la elección de los destinos de los artistas: «Ahora, los artistas no solo migran a los grandes centros de producción, sino que también eligen sus lugares de trabajo en función de la proyección de abastecimiento de agua de las diferentes regiones», destacó.
Como jurado en el 51° Salón Nacional de Tucumán, Rossini destacó la importancia de considerar varios factores al momento de seleccionar una obra. «Es crucial la autenticidad de la obra, su calidad visual y la manera en que el artista representa la pieza. Además, es necesario tener en cuenta el desarrollo de la carrera del artista, sobre todo cuando existe una responsabilidad de pensar el patrimonio de la provincia», señaló.
En cuanto al impacto social del arte, es firme en su convicción de que la creatividad y la cultura son fundamentales para el desarrollo de cualquier sociedad. «Las sociedades que no desarrollan la creatividad y la cultura como base de su formación serán sociedades que desaparecerán con mayor facilidad. Hoy necesitamos generar individuos capaces de comprender la comunidad y el rol que cada uno juega en su entorno», concluyó.
Luis María Rojas: El arte como espacio de discurso y reflexión social
Luis María Rojas es filósofo, curador y gestor cultural. A través de su experiencia, logró fusionar disciplinas como la filosofía, la sociología y la antropología. Con proyectos como Borde Galería, Linde y Equinox, y más recientemente con Coleccionismo Contemporáneo, es un actor clave en la difusión y la reflexión sobre el arte latinoamericano.
Su carrera comenzó en el campo de la filosofía, con un interés por la estética y la filosofía del arte. Sin embargo, con el tiempo, su mirada se fue enriqueciendo con enfoques sociológicos y antropológicos que le permitieron abordar el arte contemporáneo desde una perspectiva contextual. «Mi práctica ha sido un eterno intento de articular esos dos campos mediante diferentes proyectos», afirmó.
Además, destaca el valor de la curaduría como un espacio para integrar los diferentes campos de su conocimiento. «La práctica curatorial es la que me da el mayor espectro de posibilidades de integración», explicó.
Para Luis María Rojas, uno de los cambios más significativos en el arte desde mediados del siglo XX ha sido el desplazamiento del enfoque visual y plástico hacia lo conceptual y discursivo. «El arte ha dejado de ser pensado solo como un sistema de producción de belleza para convertirse en un sistema de producción de sentido», reflexionó.
Por otra parte, se siente atraído por los artistas que utilizan los elementos visuales con un propósito más allá de la estética: Me interesan los artistas que utilizan las imágenes, los objetos y los materiales no solo como elementos estéticos, sino como vehículos de ideas y conceptos que interpelan nuestra realidad», explicó.
En su labor como jurado, el artista subrayó la importancia de evaluar las obras en su contexto específico, preguntándose qué diálogos establecen con otras disciplinas y qué aspectos de la cultura ponen en evidencia: «no se trata solo de juzgar una obra en abstracto, sino de comprender cómo cada pieza se articula con su entorno y los problemas de nuestro tiempo».
Respecto al impacto del arte en la sociedad, es más escéptico. Si bien reconoce que el arte contemporáneo ha abierto nuevos espacios para la enunciación política, también señaló que la dimensión elitista sigue siendo una constante: «el arte político de las vanguardias, que intentó acercar el arte a la vida de las personas, ya forma parte de nuestra historiografía oficial».
No obstante, es optimista en cuanto a las posibilidades del arte contemporáneo: «nos permite rescatar lo que se había dejado por fuera del linde histórico, redimir a sectores periferizados y tener una comprensión más profunda de nuestro pasado».
Por último, reconoció que el arte actual tiene la capacidad de visibilizar realidades marginalizadas y cuestionar las normas establecidas: «El arte permite disputar los valores y sentidos asignados por la cultura», finalizó.
Jorge Gutiérrez: artista, gestor y docente de Artes
Jorge Gutiérrez nació en Tucumán en 1965, donde reside hasta la actualidad. Es intérprete dramático egresado de la Facultad de Artes de la UNT, donde también se desempeña como profesor adjunto y jefe de cátedra en la Licenciatura en Teatro. Desde 2014, es director regular de la Escuela de Bellas Artes de la UNT, cargo al que accedió por concurso de antecedentes y oposición. Entre 2019 y 2022, formó parte del Consejo de Extensión de la UNT y, en 2020, participó en el primer encuentro de proyectos de extensión de escuelas preuniversitarias de universidades nacionales en Córdoba, Argentina.
Gutiérrez fundó en 1993 el grupo La Baulera, centrado en la producción e investigación artística. En 2003, inició las gestiones para establecer un centro de arte contemporáneo que se inauguró en 2004. Además, es coautor del anteproyecto del Complejo Cultural El Abasto, presentado a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. Ha dirigido el Teatro Estable de la Provincia de Tucumán en varias oportunidades, llevando a cabo obras reconocidas.
Participó en encuentros regionales de análisis de gestión cultural organizados por Trama y en el colectivo Tenor Grasso. También es parte del dúo de artistas San Jorge y el Dragón, junto a Natalia Lipovetzky. Su trayectoria incluye participaciones en la Residencia Internacional de Artistas en Argentina (RIAA) y en varias exposiciones y eventos a nivel local, nacional e internacional.
Gutiérrez ha actuado como curador en eventos destacados, incluyendo “Pertenencias”, “Interfaces”, “Tucumán a Museo Abierto”, “Retratos” y “Congreso de Tucumán: 200 años de arte argentino”. Su trabajo refleja un compromiso constante con el arte y la cultura en su comunidad.